TUNA CHICHAME
La voz de las Cascadas

COMO CUIDAMOS NUESTRA NATURALEZA

SHUARA PUJÚTAIRI

 

 

LA COSMOVISION SHAUR

 

1.1. INTRODUCCIÓN

 

Al introducir el maravilloso y sinuoso mundo de los sistemas de creencias, mitos y ritos de la Nación Shuar. Sistemas que se han elaborado, lentamente, a lo largo de más de tres mil años. Fecha sumamente lejana que, sin embargo, no lo es en absoluto si consideramos que en ese tiempo los Shuar florecían en el sur Ecuatoriano; cultura, refinada y creativa que tuvo gran influencia en la concreción de la cosmología y cosmogonía que fue originando en el transcurso de los siglos.

 

Esta forma denominada mesoamericana de concebir la vida, en donde todos los objetos naturales y los productos culturales se ordenaban en diversos planos y niveles del universo, aún se percibe inscrita en la mentalidad de los Shuar actuales. Tal circunstancia nos confronta con el fenómeno histórico de procesos de larga duración, es decir, aquellos donde a pesar del transcurso del tiempo y de las transformaciones sincréticas hay partes nucleares en los sistemas de pensamiento que persisten con mayor funcionalidad, aún cuando a las culturas se les adicionen nuevas formas y otras desaparezcan.

 

Para introducirnos en la complejidad de las representaciones históricas y contemporáneas de las mentalidades, consideramos a la cosmovisión como la categoría que es continente de los elementos ordenadores de la existencia humana. Sistemas simples o complejos que tuvieron su origen en las sociedades arcaicas en el amanecer de la humanidad. La cosmovisión es sucintamente la concepción que Shuar tiene de su cosmos, es decir de su entorno natural y social inmediato. Se realiza a través de las ideaciones surgidas a partir de preguntas fundamentales como: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos después de la vida? ¿Qué es y quién creó todo lo que nos rodea? Así, las sociedad Shuar ha ido creando, poco a poco en el transcurso de milenios, elaboradas explicaciones que a la vez han servido para normar su vida cotidiana.

 

De la disposición de respuestas surgió la cosmovisión como representación estructurada que el pueblo Shuar tienen y combinan de manera coherente en nociones sobre el medio ambiente, sobre su


hábitat y sobre el universo en que sitúan la vida. Entendemos que la fuerza e importancia de la tradición o tradiciones que se mantienen radica en su propia definición, en tanto es el acervo intelectual que se crea, comparte, transmite, reelabora, y en ocasiones se modifica al adherirse nuevas formas. La tradición se compone también por representaciones y estilos de acción en donde se desarrollan ideas y pautas de conductas con las cuales los miembros de la familia shuar enfrentan, individual o colectivamente, de manera mental o exteriorizada, distintas situaciones que les presenta la vida.

 

Esta forma de percibir “la tradición” es contraria a pensarla como un conjunto cristalizado y uniforme de costumbres y expresiones sociales que, estática y pasivamente, se transmiten de generación en generación.

 

Si desdoblamos el contenido de “la visión del mundo” o cosmovisión podemos explorar diversas dimensiones de la percepción cultural de la naturaleza y acceder al ámbito de la religión constituida por las creencias, y a la cosmogonía misma, es decir, a las concepciones del origen del mundo y al lugar que ocupa el hombre en ese universo.

 

En este sentido, el sistema de creencias se encuentra inmerso en la dinámica del quehacer cultural e histórico del pueblo Shuar. Las representaciones colectivas, a veces plásticas, se perciben por ejemplo, a través de la escenificación de los mitos mediante los ritos, en un continuo crear y recrear.

 

Así, las creencias, los valores, las normas, las imágenes y las fantasías vienen a ser resultado de la quintaesencia de los actores sociales.

 

Las imágenes no sólo son representaciones, también son un ideal social, moral, normativo. Al respecto, los emblemas, las costumbres, el atuendo, las insignias, los gestos, la ordenación de fiestas y ceremonias, la forma en que se dispone del espacio, todo ello atestigua cierto orden ideal del universo.

 

Entonces la mentalidad asemeja un conjunto de formas particulares y colectivas, heredadas y creadas, aceptadas, incluso rechazadas, reales e ideales que impulsan a los grupos sociales a actuar y a concebir su mundo de una manera específica ante los fenómenos concretos de la realidad.

 

Cada ámbito regional y lugar se singulariza por la presencia, en muchos de ellos, de culturas indígenas y en otros por contener población mestiza que comparte características similares relacionadas con los sistemas sincréticos de creencias religiosas.

 

No entenderíamos la cosmovisión Shuar si no conocemos su mitología, que nos narra con profundo simbolismo el principio del hombre y de las cosas que le rodean.


La tradición de transmitir la cultura de manera oral, de generación en generación, ha producido que la identidad de los Shuar no perezca. Gracias a ello podemos conocer una serie de relatos que muestran el origen, una manera peculiar de concebir la vida y la muerte, lo infraterrenal y lo supraterrenal. Los mitos contienen realidades en la medida en que simbolizan todo aquello que la razón humana no puede explicar. Es importante señalar que muchos mitos son similares en distintas tradiciones culturales amerindias e incluso algunos temas abordados son análogos a tramas de la mitología universal, como el relato del gran diluvio terrestre y eso produce en el pueblo Shuar que Tsunki provoca el diluvio.

 

La riqueza mitológica de los Shuar es enorme, aquí sólo se presenta una pequeñísima selección que nos orienta para conocer y comprender una parte del mundo extático de la mentalidad propia. Así será posible presentar mediante la mirada a cada elemento lo que nos habla de ella misma a través de lo que sucede en su visión del mundo.

 

En la actualidad muchos adultos desconocen su propio origen, y tienen dificultades a transmitir a la nueva generación, por esa situación es necesario partir desde la educación, capacitando a los docentes que a través de la educación transmitan la propia cosmovisión y poner en practica algunos aspectos positivos para la formación humana en la sociedad.

 

1.2.  DEFINICIÓN DE LA COSMOVISIÓN

 

 

El historiador Alfredo López Austin define que la cosmovisión es "el conjunto estructurado de los diversos sistemas ideológicos con los que el grupo social, en un momento histórico, pretende aprehender el universo, engloba todos los sistemas, los ordena y los ubica."

La cosmovisión indígena, basada en una percepción religiosa de la naturaleza, coincide con la necesidad de hacer un manejo ecológicamente correcto de los recursos. Con ello, la lucha ecológico pone juntas de nuevo a través de la práctica política las tres esferas de la realidad que la civilización dominante se ha empeñado siempre en separar: naturaleza, producción y cultura.

Entonces podría entenderse a la cosmovisión indígena como el conjunto de creencias, valores, costumbres, de los pueblos indígenas y su relación con su entorno.

 

1.3.  CONCEPCIÓN DEL UNIVERSO

 

 

El principio fundamental de la concepción del universo surge de las oposiciones entre dos partes que se complementan. Los numerosos pares de opuestos denotan y dan vida a este principio dual.

 

El principio dual se advierte en la composición de sus dos divinidades principales: el Sol y la Luna.


El siguiente mito narra el surgimiento primigenio de los astros cuando todo era oscuridad en la tierra. En la percepción de la Luna considerada, en su parte roja, como demonio vinculan a éste con los asesinos, quienes “quieren comer sangre”, su alimento predilecto, según su mitología. En la concepción antigua, los shuar no tenían un concepto evocador del diablo; se considera que se incorporó durante la evangelización. Diablo en Shuar es Iwianch, que es una adaptación de la palabra Iwia, el mítico Hombre depredador. La dicotomía bueno/malo es un reflejo del maniqueísmo cristiano y no una concepción y distinción Shuar.

 

En los ritos y ceremonias denominadas “costumbre”, a la Luna “no se le compromete”, es decir no se le pide favores.

 

Los Shuar marcan la identificación de la dualidad “arriba/abajo” para indicar la división del cosmos en dos mitades: arriba se encuentra el mundo de los humanos, y abajo el mundo de los antepasados, de los muertos. De igual manera, el orden se establece a partir de la identificación de dos fuerzas cósmicas: lo cálido y seco; lo frío y húmedo, a cada uno corresponde una deidad: el Sol gobierna la primera fuerza cósmica. Se narra por esta razón que “de la sangre noble del Sol nacieron los frutos aéreos que crecen al calor de sus rayos”, en tanto “Nunkui dio origen a los tubérculos, a todo lo que crece bajo la tierra”.

 

Para los Shuar, el dualismo cosmológico se plasma a partir de su concepción bipolar frío - caliente. Estas son dos cualidades taxonómicas que no tiene relación con la temperatura real de las cosas, cuerpos o productos. Sirve para ordenar y ubicar las cosas en este sistema. Las sustancias, esencias, materias, espíritus, denotan cualidades polarizadas que vierten sus efectos sobre los seres humanos.

 

El frío - abajo es la calidad con una mayor carga negativa asociada con la muerte. Frío equivale a muerte, al mundo subterráneo, y a lo no domesticado, como el monte y los animales silvestres, las cuevas, los manantiales, los caminos abandonados, ipikmasa wekatai.

 

Todos estos lugares pueden ser peligrosos y pueden enfermar a las personas. Abajo se asocia a los lugares húmedos y verdes. La cualidad de frialdad se identifica con la parte femenina del universo que puede ser considerada hasta maligna; por el contrario, lo masculino se asemeja con lo cálido y vital.

 

Arriba es la cualidad benéfica de naturaleza cálida, ahí se sitúa la madre tierra Nunka pakari, deidad que amalgama el simbolismo de fertilidad, agrario y telúrico.


La concepción bipolar establece dos tipos de divinidades que a su vez presentan como complemento de su propio atributo un doble legado esencial: lo masculino y lo femenino.

 

Las deidades de lo frío, húmedo y nocturno habitan abajo del suelo, y las deidades cálidas, solares y diurnas habitan en la superficie terrestre y en el cielo. Las primeras emanan vientos o espíritus —Wakan— que recorren espacios clasificados como fríos, de los cuales son “dueños” y cuidadores.

 

En la superficie seca y cálida viven los hombres. En el cielo están el Santo Sol y la luna, junto con los santos estrellas.

 

El Universo por los Shuar se estructura en tres planos o niveles. La tierra

 

nunka- se concibe habitada por los humanos, su hábitat natural inmediato, y por seres sobrenaturales. En el mundo subterráneo - nunka initia - está la morada de los encantos, es continente de abundancia y ahí está el Dueño de los animales salvajes que rige toda la vida en ese plano. La cosmovisión de los Shuar, sus vecinos, no contempla la idea del inframundo como el lugar de residencia del alma de los muertos, ellos tienen la creencia propio del cielo que están los yaashuar y atsutshuar y el infierno tunkurua. De igual forma, no identifican al inframundo con el infierno. El tercer plano es la concepción del acuático, que se encuentra en el mar, Nayants, regido por el mítico Príncipe Tsunki y habitado por los encantos del agua (Wankanim, panki, etc..) y los animales marinos.

 

 

La vida en el inframundo se desarrolla de manera semejante a la superficie terrestre pero en una dimensión espaciotemporal distinta. Ahí está Amana, ikiam para los Shuar, que es lugar numinoso descrito como un paraíso donde moran todos los animales silvestres; lugar verde y fértil donde se resguardan todas las riquezas imaginables.

 

En el diseño corporal de los Shuar, el estómago está localizado en el “centro” y se le considera soporte de la energía vital y del “alma”. La energía vital humana pertenece a la misma naturaleza de la energía del cosmos, de los animales y de los vegetales. El significado de estómago se relaciona con “vivir, existir, habitar". El corazón en la imagen que tienen del cuerpo ocupa un lugar secundario, sin aparente importancia.

 

Entre el cielo y el subsuelo está la superficie terrestre y justo aquí viven los seres humanos. La importancia de las ideaciones creadas por los Shuar acerca del cuerpo humano, posiblemente, propiciaron tomarlo como paradigma para hacer una geografía imaginaria del universo.


Los Shuar asemejan a la superficie terrestre, nunka iwiakma, con el cuerpo humano, piensan que los ríos son su sangre, las piedras son sus huesos, la tierra es su carne, algunas plantas son su pelo, otras su vestido, las flores son sus adornos como aretes y collares. Para los Shuar la tierra es su sustento, su vida, está dotada de sensibilidad y sufre el maltrato de los hombres que la lastiman, la ofenden, la perforan. Por ello en cada etapa del ciclo agrícola le dedican ofrendas de tabaco, flores y comida acompañados de las plegaria.

 

A la madre tierra se le pide perdón en un lenguaje reverencial especial, por haberla lesionado, maculado, ofendido; también se le pide por la salud de los enfermos.

 

1.4. LA CONCEPCIÓN DEL TIEMPO

 

La concepción del tiempo es otra categoría más por explorar a grandes pinceladas, por lo complejo de cada una de las tradiciones culturales. Baste decir que la percepción del tiempo es una dualidad: el tiempo mítico, sagrado, de lo numinoso, de lo sobrenatural, y el tiempo de los hombres.

 

El shuar distingue dos grandes períodos dentro del tiempo: el de Uwí y el de Naitiak.

 

El tiempo de Uwí es el período de frutas y abundancia, aquí se incluye la estación de Esat (verano) , y en este tiempo de esat se intensifican la cacería y la pesca. Es una época propicia para esta actividad.

 

El período de Naitiak es el tiempo de floración de las plantas: frutales, comestibles y no comestibles que sirven para el hombre y los animales. Es tiempo de carestía. Aquí se incluye la estación de invierno ( Amaa). Es la estación que incluye el tiempo de puach (ranas) y de week (hormigas comestibles).

 

Así, el Shuar conociendo su ambiente, los períodos y las estaciones planifica para aprestarse a las actividades de pesca, la cacería, viajes y trabajo agrícola así como también, la recolección de los materiales para las construcciones, artesanías, alfarería, entre otros.

 

En este contexto, como afirman los entrevistados, la selva y la naturaleza hasta cierto punto constituyen un laboratorio de aprendizaje, porque ofrece todo tipo de materiales, espacios, estaciones y tiempos propicios que son aprovechados por los Shuar para enseñar a los hijos e hijas.

 

 

1.5. ORIGEN DEL SHUAR

 

Para el Shuar todo lo existente en el mundo es creado por Ayumpum (Dios). Esa creación se explica a través de mitos cosmogónicos y


etiológicos que sirven para explicar la razón de ser de las cosas.

 

A continuación se cuenta una historia considerada como sagrada para el pueblo Shuar que nos narra a cerca de la creación del hombre, la misma que nos permitirá conocer lo que piensan los miembros de esta cultura a cerca de la materia, el espíritu, la vida y la muerte.

 

El mito de Jempe, Tsekeancham y Sesenk (creación de hombre), considerado sagrado para el Shuar.

 

Ayumpum dijo: Para que el hombre tenga larga vida y no se muera, vamos a construirlo sólido, no solo con arcilla, sino también con madera y piedra. Mandó a Jempe (colibrí) para que trajera la arcilla; a Tsekeancham (grillo) la liviana madera de wampu, y a Sesenk (coleóptero) para que trajera piedras. Jempe y Tsekeancham regresaron enseguida con los materiales indicados, pero Sesenk no asomó jamás.

 

Lo esperaron por mucho tiempo y como no llegara, Ayumpum decidió construir al hombre solo con arcilla y madera. Después de construirlo, le sopló el aliento de vida y el hombre comenzó a caminar. Por faltar las piedras, el hombre fue elaborado de frágil arcilla. De aquí señalamos lo siguiente: ¿Acaso no se rajan las mejores obras de alfarería, aunque estén hechas con las mejores técnicas?. Así tenía que rajarse el hombre al morir.

 

Ayumpum, indignado contra Sesenk dio la siguiente sentencia: Aunque fuera mi intención construir un hombre inmortal y eterno como las peñas, por la desobediencia de Sesenk ahora será frágil y mortal, podrá morir aún en el seno materno o recién nacido; joven o adulto; muy pocos hombres llegarán a ser viejos y no podrán renacer como ya había establecido. Efectivamente como muestra, nuestra vida es un simple soplo que no ha sido endurecido como las piedras y todos tenemos que morir”.

 

En este contexto el Shuar es mortal, pero su espíritu es inmortal y vive en los lugares sagrados tales como las cascadas, los ríos, las lagunas y las montañas; también transformados en animales superiores (Wakan´) como el jaguar, la anaconda, el tigre y el águila; esperando que un hombre Shuar lleno de vigor, fuerza y valentía conquiste su energía para reencarnarse y seguir existiendo de generación en generación convertido en Arutam, el máximo espíritu protector.

 

Arutam, para el Shuar, se manifiesta a los hombres de diferentes formas entre las cuales tenemos a Etsa y Nunkui como modelos de hombre y mujer shuar respectivamente, determinando así roles específicos en la sociedad.

 

 Arútam. es el Dios de los Dioses, espíritu supremo, protector, trascendente y sobrenatural que transmite una fuerza especial al hombre. Es la raíz y la mentalidad del mundo Shuar. No tiene un cuerpo, se manifiesta en una amplia gama de seres superiores relacionados con fenómenos tales como la creación del mundo, la vida, la muerte, y las enfermedades. Los


principales son:

 

 Etsa. El Sol, creador de los animales que viven sobre la tierra.

 Tsunki. Dueño de los animales del agua. Enseña todo lo referente a la pesca y a la salud.

 Nunkui: Deidad de las huertas, los cultivos, del hogar y la cerámica. Portadora de los conocimientos del mundo femenino.

 Shakaim: Creador de la selva. Representa la fuerza y habilidad para el trabajo masculino.

 

1.6. FORMACION DEL SHUAR

 

 
















La cultura Shuar no establece una separación tajante entre los mundos del hombre, la naturaleza y los espíritus.

 

Estos mundos adquieren "realidad" no solo a través de los sentidos o las creencias, sino también por los sueños. Existe un tenue umbral entre la realidad de los sentidos y la realidad de lo onírico y de lo espiritual.


Con los sueños se comunican y relacionan con las almas de cualquiera de los tres mundos, el uwishín (chamán), es el mediador. Cada ser humano, planta, animal. creencia o sueño está revestida de un carácter sagrado y terrenal al mismo tiempo.

 

El gran mundo espiritual de los Shuar es repetitivo. No creen en que el ser humano tenga un final. Creen que luego de nacer y cumplir su vida, no llegan a un estado permanente con la muerte sino que su espíritu, es recibido por otro ser humano que puede ser su hijo o su nieto, quien cumple nuevamente otro ciclo vital, así en forma indefinida.

 

Es el cambio de actitud y mentalidad orientadas a garantizar la vida plena a nivel personal, familiar y comunitario en simbiosis entre el hombre y la naturaleza como ejes armonizadores. Esta vida plena debe reflejarse a través de taramak matsamat (vida en abundancia y plena). Este aprendizaje significativo debe darse a partir de las enseñanzas de Nunkui para las mujeres y Etsa para los hombres; así como también, de Ayumpum, Shakaim y Tsunki. Ellos establecen lo que hay que aprender para vivir en la selva y después de la muerte.

 

 

En la sociedad Shuar la iniciación empieza con el nacimiento cuando se le aplica al niño o la niña por vía oral o anal el zumo de maikiua (floripondio), tsentsemp (planta medicinal), tsank (tabaco), piripri (planta purificadora). Al hacerlo, el niño recibe la protección y la fuerza que representa cada planta.

 

El adolescente inicia la vida racional al realizar el primer encuentro con el Arutam. A partir de esta experiencia, el niño o el adolescente y la niña o la señorita emprenden el camino del encuentro de su propia identidad esforzándose por comprenderse a sí mismo.

 

Se trata de una pedagogía socialmente aceptada y contada por los mayores para que las nuevas generaciones inicien una vida conducida por la racionalidad del Arutam, donde el poder de Arutam está representado por el símbolo de la Tuna (cascada sagrada), donde se manifiesta la fuerza de Tsunki.

 

La familia y la comunidad consideran el tempo y espacio necesarios que el adolescente varón pueda emprender su primer viaje a la cascada.

 

Un wea (mayor) dirige el rito de ida y regreso de la cascada simbólica. El joven debe manifestar las virtudes propias del varón, mediante su valentía, decisión y firmeza. Durante el rito se regulan estrictamente las comidas y bebidas. La ingestión del zumo de tabaco o floripondio le fortalecen el ánimo. El objetivo de este ritual es propiciar el encuentro con Arutam en algún momento del rito. El adolescente, luego de ese encuentro sagrado mantiene en secreto el resultado de su experiencia con la divinidad.


Las mujeres participan en los ritos de Natémamu (rito del natem), ingesta colectiva de la ayahuasca a través de la cual se manifiesta la fuerza de Arutam. Al producirse la menarquia se realiza el rito festivo de Nua Tsankram, luego de prepararse durante dos años con ingestión del zumo de tabaco (tsank), rito que tiene una duración de unos cinco días.

 

Los adultos acuden a las cascadas, sea de manera individual o colectivamente, para renovar el compromiso con el Arutam y restablecer el desequilibrio espiritual. Esta es una experiencia espiritual característica del pueblo shuar que encuentra su explicación en la interiorización emotiva de la fuerza racional del Arutam.

 

La Pedagogía del Arutam explica la forma de cómo cada uno de las divinidades (arquetipos o modelos) enseñan los saberes y conocimientos a los shuar. Así:

 

a). Nunkui: Arquetipo y modelo simbólico de los conocimientos de la alfarería, la horticultura y modelo de la mujer shuar.

 

Nunkui representa a la tierra, en cuyo seno se desarrollan las plantas. Ella representa la fuerza de Arutam expresada en el principio femenino que identifica la capacidad reproductiva de la mujer que garantiza la continuidad biológica del pueblo shuar; es el prototipo femenino que enseña a la mujer shuar a cultivar y producir alimentos, a elaborar y decorar la cerámica y el rol específico de la mujer shuar.

 

Se podría hablar de una era de Nunkui, asociada con las formas matriarcales de la organización social. Los Shuar encuentran en la tierra el soporte de la vida vegetal y animal. La comprensión de los ciclos de la naturaleza ha permitido organizar el calendario agroecológico que rige la actividad económica humana.

 

b). Shakaim: Arquetipo y modelo simbólico del conocimiento del trabajo.

 

En el pensamiento Shuar, la organización del bosque selvático como ecosistema es la base sustancial de su existencia. Esta realidad se expresa a través de la figura masculina de Shakaim como prototipo del hombre trabajador.

 

En el mito, Shakaim enseña a los Shuar el manejo y aprovechamiento del ecosistema de la selva de manera racional a través del trabajo sustentable. Desarrolla el conocimiento de la botánica que se inicia con la clasificación de las plantas maderables, medicinales, venenosas, frutales y ornamentales.

 

Los Shuar tienen vasto conocimiento del medio ambiente que les rodea, han afinado métodos y técnicas de utilización de los recursos finitos, sin desequilibrar la ecología. La eficiencia sensorial en la identificación de la infinita variedad de animales y plantas refleja una larga tradición de sistematización cognitiva del medio natural.


 

c). Tsunki: Arquetipo y modelo simbólico de los conocimientos del uwishin, la vida social y la pesca.

 

La memoria mítica de los shuar da cuenta de las grandes catástrofes producidas por las glaciaciones que impusieron la actual organización de la naturaleza.

 

Tsunki tiene lugar en el dominio del mundo acuático y los animales que pueblan el agua; conoce con exactitud las especies benéficas y dañinas clasificándolas según sus características y designándolas por su nombre donde se destacan las anacondas (boas) por su simbólica conexión con el agua y la tierra.

 

Tsunki representa la fuerza de Arutam manifestada a través de las aguas subterráneas. Una forma de percibir esta fuerza regenerativa es mediante la visita a la Tuna (cascada sagrada), realizada sistemáticamente por cada Shuar, no bien se inicia su capacidad racional, al empezar la adolescencia.

 

Además, a los Shuar les entregó los talismanes y les enseñó las técnicas de curar las enfermedades; así, se instituyó el uwishniumamu (shamanismo) que es la persona especializada en la ciencia y arte del natem (alucinógeno). También a los Shuar les enseñó varias técnicas de capturar a los peces y a los animales acuáticos.

 

Por ejemplo, para el Shuar el período más favorable para la pesca es en tiempo de flores (naitiak), porque los peces se empreñan (teermamu) y las carachas (peces nayump) que se encuentran adheridas en una sola piedra en grupos de hasta 20 ó 30 peces de esta variedad.

 

También, los hechos culturales son trasmitidos por los adultos a los niños oralmente donde les cuentan todas sus hazañas de pesca advirtiendo cuáles son los peligros y las técnicas que se deben adoptar. También les recuerdan que antes de meterse al río se deben observar ciertas normas y tener cuidado para evitar los peligros que el mismo Tsunki enseña en la mitología.

 

d). Etsa: A rquetipo y modelo simbólico del conocimiento de la caza, la artesanía y la construcción.

 

Etsa desarrolla el pensamiento reflexivo y planificador, enseña la solidaridad a los Shuar y el conocimiento de los animales y aves que viven en la superficie de la tierra, constituida por todas las especie y designándolas sus nombres. El desarrollo de las técnicas de cacería favorece el aprovisionamiento de alimentos y el cuidado de la flora y la fauna; además, enseña la arquitectura para la construcción de los diversos tipos de casas y el uso adecuado de los materiales de construcción.


La cacería sigue el hilo lógico de la mitología que reglamenta la vida de los Shuar. En la mitología, Etsa es el modelo del hombre cazador; porque fue el hombre infalible en la cacería con uump (bodoquera) y con nanki (lanza); y proporcionó al Shuar toda clase de carne comestible y venció a

Iwia (ser maligno).

 

Etsa enseñó también a los Shuar los tipos de anent (plegarias) para la cacería de los distintos animales, los mismos que se transmiten de generación en generación indicándoles que los animales tienen alma y que es necesario conversar con ellos para amansarlos con anent. Hay que considerar que no se debe cazar indiscriminadamente por que se atraería la ira de Etsa y éste los privaría de la cacería. Es por eso que antes de cazar se debe pedir siempre por medio de la plegaria o anent a Etsa, para que sea generoso en proporcionar lo que los Shuar necesitan en la cacería.

 

La bodoquera es fundamental para la cacería, esta herramienta se fabrica con Shinki (palmera de pambil o de chonta). Etsa enseñó a los Shuar su uso, todas sus técnicas y los materiales que se deben utilizar para su elaboración.

 

También enseñó qué materiales utilizar para obtener saetas para la cacería y que se constituyen en un instrumento efectivo con la punta envenenada para capturar animales grandes. Este veneno se prepara con vegetales de la selva, y si es un veneno fuerte, los pájaros y animales grandes mueren rápidamente; Pero para que el veneno sea efectivo hay que cumplir con ciertas prohibiciones durante el proceso de elaboración.

 

e). Ayumpum: Arquetipo y modelo simbólico de los conocimientos de la guerra.

 

Cuando las relaciones sociales se hicieron complejas surgieron conflictos interétnicos que se resolvieron con la guerra. En el contexto del mito, la actuación de Ayumpum se identifica con la enseñanza de las técnicas y estrategias de guerra para vencer al enemigo; él enseña las técnicas defensivas y ofensivas de las guerras intrafamiliares. También instituye el matrimonio como una forma de alianza política con las familias enemigas.

 

La guerra en el pueblo shuar, no estaba destinada a perpetuarse creando instituciones de poder y dominación. Al contrario, la guerra permitía restablecer el equilibrio social, por la superación drástica del conflicto. Como consecuencia, la organización familiar y social recobraba su cohesión, retornando los principios de reciprocidad y solidaridad.

 

1.7. RESUMEN DE LA PRIMERA PARTE

 

1.7.1. Mitos y cosmovisión


-  El Cosmos y sus habitantes (Los mares, la tierra, Agua y el Cielo)

 

   Yakiya aents: Atsutshuar – Yaashuar

 

   Nunkaya Aents: Nunkaya shuar, nunkui shuar, weetmar

 

   Entsaya Shuar: Tsunki shuar nuya wankanim

 

-    El orden temporal: origen del Hombre, nua nuya aishmank (Etsa - Nunkui)

 

1.7.1. Mitos Rituales y personas

 

Saber, Poder y Diferencia (Shakaim, Tijiui)

 

Nunkui y los Alimentos (creación de algunos animales, Shushui creado con barro y napi – vida de la mujer, Uchi nunkui yurumka susa)

 

Las palabras de Nunkui (anent, piedra magica nantar, mito y el poder)

 

Iniciación de la mujer, ritual de felicidad (Nua tsankram)

 

La mujer despreciada – saber. Estatus y conflicto en el mito Mitos, personas y procesos sociales

 

 

Carencia

 

buen obrar

 

encuentro con Arutam/don

 

Abundancia

abundancia

 

Mal obrar

 

Maldición de Arutam /perdida de don

 

Carencia

 

(condición de vida del presente



Fuente: Gustavo Tunki

 


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